Puse el Wifi, abrí mi portátil y comprobé el correo. Lo hago todos los días, leo el correo, las noticias..., lo que se llama rutina matinal. La verdad que ahora me resulta menos tedioso ya que al haber acabado el calendario lectivo recibo bastantes menos correos que impliquen trabajo. Y después a desayunar. Cojo mi vasito de leche, le añado cacao en polvo (para no hacer publicidad a Cola-Cao) y abro el armario. Busco Madalenas (MaGdalenas), yo nunca como madalenas pero hoy me apetecían. Y "nunca como madalenas" significa que hace literalmente años que no las como. Pero repito, hoy me apetecían. No hay.
No hay madalenas, y no puedo de parar de preguntarme ¿por qué?. Incluso con acento portugues en mi mente. ¿purh quéh no hay (pausa) madalenas?, es (pausa) algo (pausa) que no cumprendo. En serio.
Entonces sabía que mi día no iba a ser bueno. Es como una especie de profecía o premonición. Abrí el armario vi que no había madalenas y lo sabía. Así que decidí jugar a la play durante la mitad del día y la otra mitad leer un rato o ver a tele. Así se que nada bueno va a pasar, pero al menos tampoco nada malo.
Después de comer, a recoger el coche de mi padre al garaje. Llévale para que se lo pueda traer. Y conversación incomoda en el trayecto:
- Hijo, ¿no te vas de vacaciones a ningún lado? -
No lo se, no he hablado nada todavía.
- ¿por qué no te vas a Torrecilla este año con la novia?, a las fiestas, que está solo tu prima allí-
Claro que sí papa, somos grandes aficionados a los toros...
Buen intento viejo, aprecio tu interés pero no cuela. En serio, lo aprecio, si yo fuera tú tal vez haría lo mismo. Pero va a ser que no.
Después de tener un par de incidentes con el coche (sin ser mi culpa todo hay que decirlo, las madalenas tenían razón) llego a casa y pienso en la bici de mi primo. Le llamo, no responde. Está currando. A ver mañana si puedo hacerme con ella.
Y nada, el resto de mi tarde se resume en pantallas y libro. El libro va mejorando eso sí.
Espero que mañana encuentre madalenas para desayunar.
1 comentarios:
Yo sí que tengo madalenas. Puedes venir a desayunar a mi casa, si quieres. O solo a robarme las madalenas.
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